lunes, 30 de abril de 2018

La evolución de ls mariposas y sus llamativos colores


Los lepidópteros comúnmente conocidos como mariposas exhiben en sus alas
 algunas de los colores estructurales más diversas y llamativas producidos 
por los insectos, esto se debe a que poseen ultraestructuras
 muy complejas, que producen colores estructurales que son la base de diversas estrategias 
Resultado de imagen de mariposade comunicación. Esta diversidad indudablemente
 ha contribuido al éxito evolutivo del orden, y a pesar
 del interés en la estructura, desarrollo y propiedades 
fotomiméticas y fotónicas de las escalas de lepidópteros 
en estudios neonatológicos (1-10), y en investigaciones 
recientes sobre colores estructurales en escarabajos fósiles (11,12)
 y plumas (13, 14),la historia evolutiva profunda de escalas y colores
 estructurales en lepidópteros es poco conocida. En este articulo,
 
Fossil scales illuminate the early evolution of lepidopterans and structural colors”,
los autores presentan arquitecturas de escala de Lepidoptera jurásico del Reino Unido, Alemania,
 Kazajstán y China, y de Tarachoptera (un grupo madre de anfiesmenoptera) del ámbar birmano del 
medio del Cretácico y con ello consiguen demostrar que los primeros lepidópteros tenían en su
 cubierta escalas de estructuras fotónicas que probablemente producían colores metálicos de banda
Resultado de imagen de mariposa ancha a través de una combinación de mecanismos de difracción y
 de interferencia de película delgada, también demuestran que la 
vestidura a escala bicapa tipo 1: una capa superior de grandes 
escamas de cubierta fundida y una capa inferior de pequeñas 
escamas de tierra fusionadas, y las
 crucetas de espina de pescado (características del plano de
 Lepidoptera)encontradas en los lepidópteros existentes 
basalesque ya habían evolucionado a mediados del Jurásico.
Dada la presencia de coloración estructural en lepidópteros
 fósiles basales, la aparición de los principales clados de 
lepidópteros en el Cretácico [van Eldijk et al. (15)] plantea la 
posibilidad de que esta radiación taxonómica haya estado acompañada por una mayor diversidad
 en la forma de la escala, la microestructura y los efectos ópticos.
 
referencias :
 Q. Zhang, W. Mey, J. Ansorge, T.A. Starkey, L.T. McDonald, N.E. McNamara, E.A. Jarzembowski,
W. Wichard,R.Kelly, X.Ren, J. Chen, H. Zhang & B. Wang. 2018. Fossil scales illuminate the early
 evolution of lepidopterans and structural colors. AAAS 
 
 

1. Vukusic P., Sambles J. R., Lawrence C. R., Wotton R. J., 
Quantified interference and diffraction in single Morpho butterfly scales. Proc. R. Soc. B
266, 
1403–1411 (1999).
2. Stavenga D. G., Leertouwer H. L., Wilts B. D., Coloration principles of nymphaline butterflies—Thin films, melanin, ommochromes and wing scale stacking. J. Exp. Biol. 217, 2171–2180 (2014). [PubMed]
3. Ghiradella H., Insect cuticular surface modifications: Scales and other structural formations. Adv. Insect Physiol. 38, 135–180 (2010).
4. Ghiradella H., Structure of iridescent lepidopteran scales: Variations on several themes. Ann. Entomol. Soc. Am. 77, 637–645 (1984).
5. Ghiradella H., Light and color on the wing: Structural colors in butterflies and moths. Appl. Optics 30, 3492–3500 (1991). [PubMed]
6. Ingram A. L., Parker A. R., A review of the diversity and evolution of photonic structures in butterflies, incorporating the work of John Huxley (The Natural History Museum, London from 1961 to 1990). Philos. Trans. R. Soc. Lond. B Biol. Sci. 363, 2465–2480 (2008). [PMC free article] [PubMed]
7. Vukusic P., Sambles J. R., Lawrence C. R., Colour mixing in wing scales of a butterfly. Nature 404, 457 (2000). [PubMed]
8. Vukusic P., Hooper I., Directionally controlled fluorescence emission in butterflies. Science 310, 1151 (2005). [PubMed]
9. Zhang D., Zhang W., Gu J., Fan T., Liu Q., Su H., Zhu S., Inspiration from butterfly and moth wing scales: Characterization, modeling, and fabrication. Prog. Mater. Sci. 68, 67–96 (2015).
10. Potyrailo R. A., Starkey T. A., Vukusic P., Ghiradella H., Vasudev M., Bunning T., Naik R. R., Tang Z., Larsen M., Deng T., Zhong S., Palacios M., Grande J. C., Zorn G., Goddard G., Zalubovsky S., Discovery of the surface polarity gradient on iridescent Morpho butterfly scales reveals a mechanism of their selective vapor response. Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 110, 15567–15572 (2013). [PMC free article] [PubMed]
 
11. McNamara M. E., Briggs D. E. G., Orr P. J., Noh H., Cao H., The original colours of fossil beetles. Proc. R. Soc. B 279, 1114–1121 (2012). [PMC free article] [PubMed]
12. Tanaka G., Taniguchi H., Maeda H., Nomura S.-i., Original structural color preserved in an ancient leaf beetle. Geology 38, 127–130 (2010).
13. Li Q., Gao K.-Q., Vinther J., Shawkey M. D., Clarke J. A., D’Alba L., Meng Q., Briggs D. E. G., Prum R. O., Plumage color patterns of an extinct dinosaur. Science 327, 1369–1372 (2010). [PubMed]
14. Clarke J. A., Ksepka D. T., Salas-Gismondi R., Altamirano A. J., Shawkey M. D., D’Alba L., Vinther J., DeVries T. J., Baby P., Fossil evidence for evolution of the shape and color of penguin feathers. Science 330, 954–957 (2010). [PubMed]
15. van Eldijk T. J. B., Wappler T., Strother P. K., van der Weijst C. M. H., Rajaei H., Visscher H., van de Schootbrugge B., A Triassic-Jurassic window into the evolution of Lepidoptera. Sci. Adv. 4, e1701568 (2018). [PMC free article] [PubMed]

¿Humanos extinguiendo otras especies? Me cuadra.


El ser humano provocando la extinción de otras especies, esta historia ya nos suena conocida ¿verdad? ¿Y si te digo que esta práctica no es para nada nueva? Pues la verdad, tampoco nos sorprenderíamos.

Resulta que según esta investigación publicada en Science, han descubierto que hace 10.000 años los humanos perseguían y cazaban a una especie de perezosos gigantes que habitan por aquellos años y que casualmente se extinguieron justo cuando Homo sapiens se estaba expandiendo por todo el planeta.
Con lo monos que son, ¿verdad?

Estas bestias (los perezosos digo) eran animales enormes de 3 metros de altura y unas cuantas toneladas de peso que no se caracterizaban por ser veloces precisamente, pero su gran tamaño y fuerza era un gran problema para todos aquellos bípedos que deseaban su carne. El primer ejemplar de esta especie descubierta fue hace relativamente poco, en 2010 (aunque no fue hasta 2017 que terminaron de sacar todos los huesos de este gigantesco animal), en Nuevo México (si quieres saber más te dejo aquí algo que te puede interesar).



¿Y cómo eran capaces los humanos de cazarlos? Pues, según la investigación llevada a cabo también en Nuevo México, concretamente en una gran playa de sal (lego seco) conocida como Alkali Flat. Durante la Edad de Hielo, esta zona estuvo ocupada por un lago, que a medida que la temperatura aumentaba, este iba desapareciendo. Los animales que por aquella época habitaban estas zonas dejaron, sin saberlo, sus huellas. Entre estos animales que caminaban por aquella zona se encuentran estos perezosos, humanos, pero también otros grandes animales como mamuts o camellos, y muchos de ellos se extinguieron al final de la Edad de Hielo, lo que no se tiene muy claro es si efectivamente como ahora, fue culpa del ser humano de antaño, o si se debió a otros motivos.

Estas huellas son notables y, a pesar de que están muy cerca de la superficie, se han conservado sorprendentemente bien, aunque solo se pueden ver cuando las condiciones climatológicas son favorables. Gracias a estas los investigadores han podido descifrar cómo es que los humanos cazaban a este tipo de animales con las herramientas tan rudimentarias que tenían ya que analizando estas huellas han encontrado un rastro muy particular:
Un grupo de huellas humanas han aparecido junto a huellas de los estos perezosos, además de encontrar círculos de huellas que, según los investigadores, indican que el perezoso se levantaba sobre sus patas traseras en forma de defensa contra estos cazadores, ya que estos círculos van siempre acompañados de huellas humanas. Además. analizando más ampliamente han llegado a la conclusión de que este enorme animal, normalmente se movía en línea recta, pero cuando sus huellas aparecían mezcladas con la de los humanos, estos mostraban cambios de dirección repentinos, como intentando despistar a sus acosadores.

Huellas encontradas en "el escenario del crímen"

Finalmente, juntando todas las piezas, se ve como estos animales presumiblemente eran distraídos por un cazador mientras que otro cazador le daba el golpe mortal en una parte vulnerable, como el corazón, la barriga, el cuello o los ojos.

No sabemos si realmente el ser humano fue el culpable de la extinción de estos y otros muchos animales de la Edad de Hielo o si fue el cambio climático (aunque a diferencia de ahora, no estaba provocada por el humano), pero lo que esta investigación deja claro, es que ya desde hace años, el ser humano se situaba por encima del resto de sus coetáneos.
Os dejo por aquí un vídeo sobre esta noticia (eso sí, solo para bilingües):
https://youtu.be/fkY5aWNomUs

Otras referencias:

http://www.lavanguardia.com/cultura/20180427/443057583542/humanos-pleistoceno-cazaban-grandes-bestias-megaterio-perezoso.html

https://www.efefuturo.com/noticia/caza-perezosos/

Y por si te interesa saber más sobre la masacre que llevamos cometiendo desde hace años, aquí te dejo una noticia interesante.


¿AFECTA EL DIMORFISMO SEXUAL A LA EXTINCIÓN DE UNA ESPECIE?

El dimorfismo sexual o las variaciones en la fisonomía externa, como forma, coloración o tamaño, entre machos y hembras de una misma especie se presentan en la mayoría de las especies, en mayor o menor grado.
En la gran parte de las especies de insectosarañasanfibiosreptilesaves rapaces, etc. las hembras son más grandes que los machos, mientras que en los mamíferos el macho suele ser el de mayor tamaño, algunas veces de modo muy notable.
Por ejemplo, observamos el dimorfismo de color en los pájaros en los que las hembras presentan una coloración escasa para permanecer oculta en el nido, mientras que los machos tienen una coloración brillante la cual usa en exhibiciones de cortejo y comportamientos territoriales. Otro buen ejemplo de arma sexualmente dimórfica es la cornamenta de los ciervos la cuál usan para luchar, defenderse a sí mismos y sobre todo, a sus crías lo que exaltará la atención de la hembra a la hora de elegir un macho para reproducirse.
También se da el caso de que individuos del mismo sexo presenten distinto aspecto morfológico, lo que recibe el nombre de polimorfismo sexual. Destacan en este sentido los caracoles donde se puede observar el polimorfismo sexual en sus caparazones, es decir, en una especie dos miembros del mismo sexo pueden ser completamente distintos.
Ahora bien, resulta conveniente aclarar que no todas las especies de animales presentan dimorfismo sexual. Muchos reptiles con los órganos sexuales internos, no demuestran notorias diferencias externas entre los especímenes de diferente sexo.
Hoy en día, sabemos por un estudio publicado por MJF Martins (Investigador de la Smithsonian Institution, Washington) en la revista Nature que este dimorfismo sexual tiene importantes consecuencias dentro de una especie pudiendo llegar, en último término, a la extinción.
Este estudio afirma tras el análisis de las formas y tamaños de los exoesqueletos de 93 especies de ostrácodos, que en aquellas especies en las que los machos eran muy diferentes a las hembras tenían un peor pronóstico para la existencia continuada. Estos ostrácodos son una clase de crustáceos de muy reducido tamaño que habitaban en lo que ahora es el este del Misisipi, entre 84 y 66 millones de años atrás, durante el período Cretácico superior. Los ostrácodos macho cuentan con un exoesqueleto más alargado que las hembras, ya que sus órganos reproductores necesitan más espacio y, por ello, su concha debe ajustarse a un mayor tamaño.

Por lo tanto, estos autores llegan a la conclusión de que las especies con mayores diferencias sexuales eran las más probables de extinguirse incluso hasta 10 veces más que las especies con un dimorfismo sexual menos pronunciado puesto que los fósiles revelaban que cuando los machos son más grandes y alargados que las hembras, esas especies tienden a no durar tanto en vida.
Partiendo de esta base, se plantea si el dimorfismo sexual es realmente un significativo factor de riesgo que pueda poner en peligro el conservacionismo de la especie abriendo la puerta a la selección sexual o habilidades de supervivencia entre machos y hembras para sobrevivir en un entorno determinado. Esto, a su vez, genera presiones entre machos y hembras lo que tendrá el poder de ayudar o dificultar la persistencia de la población o especie entera.
Es decir, si los machos tienen un rendimiento óptimo el cual puede ayudar a las tareas realizadas por las hembras como por ejemplo a la hora de cuidar los huevos los machos son fuertes y garantizan la protección del nido, se conducirá a un genoma que se adapte mejor a lo largo del tiempo y se descartará a los machos de rendimiento subóptimo lo cual mejoraría la supervivencia de la especie. No obstante, existe la posibilidad de que el éxito masculino perjudique la supervivencia de las hembras. Por ejemplo, las lagartijas macho común compiten tan intensamente que muerden a las hembras durante el sexo, reduciendo su esperanza de vida y las posibilidades de que tenga más crías.
Dadas estas repercusiones, científicos estadounidenses de la mano de MJF Martins intentaron por todos los medios saldar estos problemas de extinción.
Así, plantean teóricamente una reproducción asexual que evite por todos los medios la lucha entre organismos de la misma especie aunque prácticamente reconocen la dificultad de ello. Sin embargo, se ha conocido este año que el pez molusco amazónico (Poecilia formosa) tiene un genoma de sorprendentemente buena calidad, incluso después de aproximadamente 500,000 generaciones de reproducción asexual. Además, introducen una técnica denominada “evolución experimental” basada en restringir el apareamiento a pares monógamos (relación de la pareja que mantiene un vínculo sexual exclusivo/ideal durante el período de reproducción y crianza) al mismo tiempo que permite que la competencia por parejas continúe en la misma especie.
Estos autores estadounidenses pretenden solucionar los problemas dentro de la misma especie por lo que tratan de introducir estos métodos así como la evolución experimental en las especies que se encuentran en la Lista Roja generada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza donde se encuentran las especies en peligro de extinción. Sin embargo, la evolución experimental se lleva a cabo en un laboratorio, mientras que las amenazas actuales a la persistencia de las especies en gran parte tienen causas humanas.


REFERENCIAS:



Y el culpable es...


En algunas excavaciones los restos fósiles pueden contener marcas que indican que el animal del que proceden no murió por causas naturales. En esta entrada descubriremos cómo a partir de esas marcar podemos identificar el o los depredadores de la víctima en cuestión.


Nos centraremos en un caso bastante reciente en el que las víctimas son Sphaerechinus granularis, un erizo de mar bastante común en el Mediterráneo. A la hora de identificar a la especie culpable, se ha de seguir un orden.

Sphaerechinus granularis camuflándose.

1.
Recogida de las pruebas: se recogieron muestras de equinoideos en las costas norte y occidental de la isla de Giglio, que se sitúa cerca de la costa occidental de Italia al norte del mar Tirreno (ver mapa debajo). En esta isla se pueden encontrar diversos hábitats.


Después se procedió al secado de las muestras y a su medición. También se tomaron fotos y se anotaron características tafonómicas como la presencia (o ausencia) de tejidos blandos, rotura de espinas u otro tipo de partes, abrasión, etc.

2. Clasificación de las pruebas: se recogieron 24 muestras, de las que 3 no mostraban ningún daño, 11 presentaban perforaciones características de gasterópodos cásidos y 10 tenían evidencias de depredación durófaga.

3. Análisis de las pruebas: las 10 que presentaban signos de depredación tenían diversos tipos de daño: orificios en el lado aboral (A), reducidos a la mitad del tamaño original (B) y restos pertenecientes a la zona alrededor de la membrana peristomial (C). Se deduce que el daño siempre se produce, por tanto, desde la parte contraria a la boca del equinodermo.



En el interior a veces se podían encontrar arañazos y marcas producidas por dientes (D, E), especialmente cerca de las heridas. Algunas muestras también presentaban algunas espinas arrancadas (F).



Las muestras más recientes estaban cubiertas de espinas y podían llegar a presentar restos de las partes blandas (órganos). Cuanto más tiempo hubieran estado en el fondo marino, mayor era el grado de incrustación de microorganismos (la muestra de la imagen B es más reciente que la de la imagen I).


4. Sospechosos: diversos organismos se alimentan de Sphaerechinus granularis. Los crustáceos usan sus pinzas para romper a su presa; los gasterópodos cásidos usan ácido sulfúrico para penetrar al interior; los asteroideos se comen a su presa y luego regurgitan los restos, o digieren las partes blandas con estómagos extensibles; algunos peces usan diversos métodos para romper a su presa; algunas especies de pájaros picotean dentro del organismo o sueltan al equinoideo sobre una superficie dura para romperlos, y las nutrias marinas usan piedras para romper al erizo de mar.

5. Identificación del culpable: el tipo de rotura hace pensar que el culpable pertenece a los peces óseos. Estos peces muerden primero las espinas y después ensanchan el agujero que se genera. Solo unos pocos peces son depredadores de Sphaerechinus granularis, ya sea porque ingieren individuos pequeños enteros o muerden y rompen al erizo.

De los organismos que se alimentan de este erizo de mar, solo los besugos alcanzan tamaños que les permiten romper de esa forma a Sphaerechinus granularis. Los más probables son Diplodus sargus y Diplodus vulgaris, ambos se pueden encontrar en las costas de Giglio. Las marcas de dientes encontradas en las muestras se ajustaban a las dentaduras de ambas especies.

En la imagen de la izquierda se puede observar a Diplodus sargus en el centro y Diplodus vulgaris alrededor.

Pero no siempre va a ser tan sencillo. Si vamos a realizar este mismo proceso pero con un fósil, nos encontraremos con algunos problemas extra. Para empezar, la preservación de marcas de depredación como las analizadas depende de varios factores, como la extensión y tipo de daño, el grado de incrustación de microorganismos (facilitan la conservación de las marcas) o la naturaleza del sustrato en el que se deposita el equinodermo. Hay un periodo crítico para la preservación de estas marcas: el proceso de incrustación y estabilización del resto se debe producir antes de que se degrade el tejido conectivo,si no se puede fragmentar y descomponer.

La potencial de preservación (es decir, la facilidad con la que se pueden conservar restos) depende de factores como la energía de las olas, la tasa de sedimentación y la ocurrencia de procesos atmosféricos puntuales (tormentas, por ejemplo). El caso en que se daría la mayor dificultad sería en aguas poco profundas que sufran mucha agitación y haya mucha abrasión.

En resumen, el estudio de la depredación nos puede permitir identificar organismos e incluso establecer relaciones entre ellos, lo cual es algo muy útil para establecer relaciones del pasado. Pero como hemos podido ver, es bastante complicado encontrar restos que tengan marcas, ya que no solo depende de que el resto las contenga sino también del ambiente donde se ha depositado el resto.



GLOSARIO:
.Cassidae: o cásidos, son moluscos gasterópodos con concha.
·Durofagia: comportamiento animal consistente en consumir organismos que tienen una concha dura o un exoesqueleto.
·Lado aboral: en asimetría radial, es el lado opuesto a la boca.
·Membrana peristomial: se encuentra en el lado oral y en su centro se encuentra la boca del equinidermo.
·Asteroideos: son una clase de organismos dentro de los equinodermos. Se conocen como estrellas de mar.
·Sparidae: familia de peces perciformes (con forma de perca), es decir, comprimidos lateralmente, aleta dorsal con espinas y aleta caudal escotada.

PARA SABER MÁS:
-https://es.wikipedia.org/wiki/Echinoidea
-https://www.ecured.cu/Asimetr%C3%ADa_radial
-https://practicasina2013.weebly.com/clase-echinoidea.html

REFERENCIAS:
-Diedrich Sievers & James H. Nebelsick. 2018. Fish predation on a Mediterranean echinoid: identification and preservation potential. Palaios, 33 (2): 47-54.

El hermano mayor del Oviraptor.


Hoy volvemos con una nueva entrega sobre Oviraptor, y es que este dinosaurio no deja de darnos guerra. 
En esta nueva entrada hablaremos de un nuevo dinosaurio cenagnatídico hallado en Shandong, China. Específicamente en el llamado Grupo Wangshi, que es una formación geológica cuyos estratos se remontan al Cretácico Superior, y entre los fósiles que se han recuperado de la formación se encuentran restos de dinosaurios.
                         
                     Imagen relacionada


Una pregunta que os estaréis haciendo es qué tiene que ver este dinosaurio con nuestro ya famoso Oviraptor. Bien, nos remontamos a un poco de historia para introducirlo. 

Los cenagnátidos (Caenagnathidae) son una familia extinta de dinosaurios terópodos oviraptorosaurianos, que vivieron en el Cretácico superior, en lo que hoy es Asia y Norteamérica. Caenagnathidae es una familia de dinosaurios miembros de la Oviraptorosauria, y parientes cercanos de la familia Oviraptoridae. Como otros oviraptorosaurios, los cenagnátidos tenían picos especializados, cuellos largos, y colas cortas, y habrían estado cubiertos de plumas. La familia fue nombrada originalmente por Charles Hazelius Sternberg en 1940 como una familia de aves no voladoras, pero el descubrimiento de esqueletos de oviraptores relacionados, reveló que en realidad eran terópodos no aviares.

Imagen relacionada

En el artículo (escrito por Yilun Yu, Kebai Wang, Shuqing Chen, Corwin Sullivan, Shuo Wang, Peiye Wang y Xing Xu)A new caenagnathid dinosaur from the Upper Cretaceous Wangshi Group of Shandong, China, with comments on size variation among oviraptorosaurs; como el título indica, este nuevo dinosaurio cenagnátido ofrece comentarios o información sobre la variación de tamaño entre Oviraptor.

Introducción a la investigación.

Durante la última década se han organizado varias excavaciones importantes en el Grupo Wangshi del Cretácico Superior en tres localidades de la provincia de Shandong, China. Aquí se describió un nuevo espécimen de terópodo de la localidad de Kugou. El espécimen comprende solo una extremidad posterior izquierda parcial, pero sin embargo, muestra una combinación única de características morfológicas que sugieren la presencia de cenagnátidos oviraptorosaurios previamente desconocido en la fauna de dinosaurios Zhucheng. Este nuevo descubrimiento, junto con los restos fósiles previamente reportados, proporciona una fuerte evidencia que apoya una estrecha relación biogeográfica entre la fauna del dinosaurio Zhucheng y los contemporáneos norteamericanos.

 Figure 1

Oviraptor son unos terópodos maniraptorianos caracterizados por un cráneo corto y alto, cuello largo y cola corta. Aquellos que son derivados se pueden dividir en dos grupos: los Caenagnathidae y los Oviraptoridae. Los taxones de cenagnátidos más conocidos, incluyendo Anzu wyliei, Caenagnathus collinsi, Chirostenotes pergracilis, Apatoraptor pennatus y Microvenator celer, fueron recolectados en Norteamérica y otros en Asia, entre los cuales destaca el enigmático Gigantoraptor erlianensis.

Los lechos óseos del Grupo Wangshi del Cretácico Superior en Zhucheng, Shandong, China, reportaron un nuevo Oviraptor, Anomalipes zhaoi. La posición sistemática de este espécimen fue evaluada por tres análisis numéricos cladísticos basados en conjuntos de datos filogenéticos de terópodos recientemente publicados, con la inclusión de varios caracteres nuevos. Anomalipes zhaoi se diferencia de otros cenagátidos conocidos por tener una combinación única de características: una cabeza femoral estrecha con una orientación posterior significativa; una cresta lateral presente en la superficie lateral femoral; el metatarso III con una superficie articular proximal triangular; y el pedal II ungulado con un surco lateral más profundo. El holotipo de Anomalipes zhaoi es más pequeño que el típico de Caenagnathidae, pero más grande que el del otro gran subclado ovirraptorosauriano, Oviraptoridae

Resultados.

Un cuello femoral distinto, definido dorsalmente por una concavidad de orientación anteroposterior, separa el trocánter mayor de la cabeza femoral; es una característica que se observa en Oviraptor. El trocánter mayor también se expande al punto de ser considerablemente más ancho que la cabeza del fémur. En terópodos basales, el trocánter mayor es anteroposteriormente más estrecho que la cabeza femoral.
En el contexto de Maniraptora, Anomalipes zhaoi muestra varios rasgos que sugieren afinidades pennaraptorianas. Por ejemplo, el trocánter femoral menor tiene forma de dedo y se adhiere al trocánter mayor. Esto contrasta fuertemente con la condición de la mayoría de los terópodos no peninsulares. 
 
 Figure 2         Figure 3


Entre los principales grupos pennaraptorianos, Anomalipes zhaoi muestra las semejanzas morfológicas más claras con la de Ovirraptorosaurios. Por ejemplo, un trocánter accesorio alargado está presente, como en muchos Oviraptor basales y caenagnátidos.

El material limitado, y en particular la falta de material craneal, en el holotipo y en el único espécimen conocido de Anomalipes zhaoi dificulta la identificación de características cenagnátidas llamativas en esta especie. 
Sin embargo, algunos estudios recientes proporcionan nueva información significativa sobre la morfología de las extremidades posteriores de los cenagnátidos, que puede utilizarse para confirmar las afinidades de estos con Anomalipes zhaoi. En general, los cenagnátidos poseen un miembro posterior alargado con una tibia particularmente larga, y un pie con un metatarsiano proximal fuertemente pellizcado.

En Anomalipes zhaoi, los segmentos inferiores del miembro posterior parecen relativamente alargados, lo que se asemeja más a la condición de los cenagnátidos que a la de Oviraptor. Este carece de un pie arctometatarsiano típico, pero su metatarsiano III tiene un extremo proximal fuertemente comprimido transversalmente, lo que sugiere que el pie era incipientemente arctometatarsiano. El pie compacto en Anomalipes zhaoi, que es típico de los caenagnátidos pero no de Oviraptor, se indica aún más por la delgadez relativa del metatarso III, que muestra una relación entre la longitud y el ancho transversal del eje central. 
El miembro posterior de Anomalipes zhaoi carece de algunas características de fusión que normalmente se observan en los caenagnátidos. Lo más sorprendente es que Anomalipes zhaoi parece poseer crestas cruzadas en la superficie posterior del metatarso III, una característica que recientemente se ha identificado como exclusiva de algunos cenagnátidos. 
En general, la morfología de las extremidades posteriores de Anomalipes zhaoi es consistente y sugestiva de una posición filogenética entre los caenagnátidos basales.


 Figure 4

El hecho de que el análisis filogenético de la matriz Lamanna y de las matrices Funston y Currie haya recuperado Anomalipes zhaoi y Gigantoraptor erlianensis como clado endémico de Oviraptor asiáticos merece una mención especial. 
A pesar de sus tamaños muy diferentes, Anomalipes zhaoi y Gigantoraptor erlianensis comparten muchas similitudes, incluyendo varias que son únicas entre Oviraptor. Estas características únicas compartidas incluyen: cabeza femoral con fuerte desviación posterior; cresta más gruesa y anteriormente más alta que posterior; trocánter posterior prominente; y metatarso III cerca del extremo proximal, con un surco longitudinal en la superficie articular distal.


Conclusiones.

La evolución del tamaño ha sido explorada previamente en los dinosaurios en su conjunto, y en los subgrupos de dinosaurios. Algunos estudios han revelado que Oviraptor y muchos otros clados celurosaurios, han sido ancestralmente relativamente pequeños en tamaño corporal. Un estudio exploró más a fondo la evolución del tamaño en varios subgrupos de terópodos herbívoros, incluidos los del género Oviraptor, y no encontró evidencia de evolución del tamaño direccional en estos grupos.
Aunque no se intentó evaluar cuantitativamente las tendencias en la evolución del tamaño corporal de Oviraptor, la considerable disparidad de tamaño existente entre estos llevó a compilar un conjunto de datos que contiene estimaciones de la masa corporal para tantas especies de Oviraptor como fuera posible, utilizando una relación basada en la longitud femoral. 

Aunque esta ecuación probablemente produce estimaciones que son menos precisas que las generadas por ecuaciones empíricas recientemente desarrolladas que se basan en otros parámetros, no obstante se consideró que la ecuación escogida era la apropiada para el estudio, dado que las mediciones de longitud están fácilmente disponibles y que el objetivo central es revelar las diferencias de tamaño entre los taxones de Oviraptor en lugar de producir necesariamente estimaciones de tamaño absoluto de máxima precisión. 
Las estimaciones de masa corporal de este estudio para Oviraptor basales oscilan entre 5 y 18 kg, mientras que las de los cenagnátidos oscilan entre 3 y 3234 kg (la mayoría de las especies superan los 49 kg) y las de Oviraptor entre 11 y 85 kg (la mayoría de las especies superan los 30 kg). 


 Figure 5
 
Aunque estos valores están sujetos a incertidumbre, demuestran claramente que en general  Oviraptor de tipo basal son relativamente pequeños y los derivados son relativamente grandes, con cenagnátidos típicos más grandes que los oviraptores típicos. Además, los datos indican una disparidad de tamaño mucho menor dentro de los Oviraptor que dentro de la familia Caenagnathidae. Estas diferencias sugieren un rango más amplio de estrategias de crecimiento y nichos ecológicos en los caenagnátidos en comparación con los oviraptores, lo cual podría ser considerado en estudios futuros.

Referencias.


  • Scientific Reports, volume 8, Article number: 5030 (2018). "A new caenagnathid dinosaur from the Upper Cretaceous Wangshi Group of Shandong, China, with comments on size variation among oviraptorosaurs" http://www.nature.com/articles/s41598-018-23252-2